Lyceum

En Suecia el español se puede estudiar como lengua extranjera desde la enseñanza obligatoria en la mayoría de escuelas, principalmente en los cursos de sexto a noveno (de 13 a 16 años). En esta etapa, además del inglés, que es obligatorio, el estudio de una segunda lengua extranjera es optativo y el español es, con diferencia, la lengua que más alumnos/as eligen con cifras que se acercan al 40% del alumnado en algunos cursos. En la gran mayoría de escuelas que imparten los cursos 6º a 9º se ofrece la asignatura de español.

En bachillerato pueden seguir estudiando la misma segunda lengua extranjera o empezar a estudiar una nueva. También en este nivel, el español es la lengua extranjera que más se estudia además del inglés, que es obligatorio.

Desde 2007, los alumnos que continúan con sus estudios de lenguas o los amplían, reciben puntos suplementarios en su nota final de acceso a estudios superiores. Pese a estímulos como este, la mayoría de estudiantes no continúa con su curso de idiomas y se decanta por materias optativas más relacionadas con el grado que realizará. En el caso del español, el abandono hacia otras materias o idiomas es una realidad más acusada que en el del francés o el alemán.

De cualquier forma, el español sigue siendo actualmente la lengua más escogida como primera opción en estos niveles y es ofrecida en prácticamente todas las escuelas de Suecia.

De los 51.151 alumnos que certificaron su nivel en 2020, 24.897 eran de español, a mucha distancia de los del segundo idioma, el alemán, con 11.758 adolescentes examinados.

En el apartado geográfico, la expansión del español en las últimas dos décadas se ha producido de manera también acelerada, sin distinción entre zonas urbanas y rurales. Si en el año 2000 los municipios que ofrecían español en sus escuelas representaban menos de la mitad del total (140 sobre 290), en 2018 esta cifra había crecido de forma espectacular, duplicándose hasta las 282 escuelas (Granfeldt y Ågren, 2019). Parece que en cualquier caso el español despierta mayor interés en las grandes ciudades y núcleos urbanos que en los pueblos y zonas rurales, donde es frecuente que se ofrezca en tercer lugar (Francia y Riis, 2016).