Universidad

En Suecia existen 14 universidades públicas y 3 privadas, con oferta de estudios hasta tercer ciclo, así como 17 escuelas universitarias públicas y 9 privadas, con programas hasta segundo ciclo. Unas 15 universidades suecas tienen departamentos que ofrecen cursos relacionados con la lengua española, la enseñanza del español y la cultura de los países hispanohablantes:

Göteborgs Universitet
Högskolan Dalarna
Högskolan i Halmstad
Högskolan i Jönköping
Karlstads Universitet
Linköpings Universitet
Linnéuniversitetet
Luleå Tekniska Universitet
Lunds Universitet
Malmö Högskola
Mittuniversitetet
Mälardalens Högskola
Stockholms Universitet
Umeå Universitet
Uppsala Universitet.

El estudio de materias vinculadas a lenguas modernas viene experimentando un paulatino retroceso, del que el español no es excepción. En otoño de 2020 podía cursarse alguna asignatura en nuestra lengua (literatura, cultura, lingüística, didáctica, etc.) en 9 universidades y 1 una escuela superior, 10 en total. Esta cifra era de 17 en 2008 (10 universidades y 7 escuelas superiores) y de 23 (15 y 8, respectivamente) en 2003 (Álvarez Montalbán y Albanesi, 2004). Es decir, en menos de dos décadas los estudios de español han desaparecido de la oferta académica de más de la mitad de las instituciones educativas superiores suecas y, con ella, los departamentos y los profesores que los impartían.

En esta línea, la Universidad de Estocolmo es a día de hoy la única institución en todo el país que ofrece un programa de máster de especialización en español para sus estudiantes avanzados, toda vez que la Universidad de Lund dejó de impartirlo en otoño de 2015. Lo paradójico del caso es que el número de solicitudes de estudiantes para cursar alguna asignatura en español ha aumentado más de un 25 % desde 2008 hasta hoy, pasando de 5.978 a 7.6124, lo que demuestra que el interés por nuestra lengua y nuestras culturas continúa vigente.

Por detrás de este contexto local sueco parece asomar una tendencia global que avanza hacia el arrinconamiento de las humanidades y las lenguas modernas en las universidades y la aplicación de un homogeneizante axioma lingüístico de internacionalización, que impone el inglés como única lengua válida de intercambio de conocimiento. Esta inclinación resulta más evidente si cabe en un país tan marcadamente anglófilo y tecnológico como Suecia.

Estocolmo